El líder es capaz de optimizar al
máximo la relación con los miembros de su equipo. Les ayudará a que se
relacionen entre ellos, generando el mínimo nivel de rechazo, para conseguir lo
que se persigue: los mejores resultados.
El líder puede necesitar un
coach para ello; a través del contacto diario con él, fomentará la inteligencia
social del grupo, aunque no esté de acuerdo con determinadas ideas o pueda ser
crítico con su trabajo.
Con este tipo de vínculo, las
mentes se unen en un sistema donde el cerebro que responde consciente o
inconscientemente no tiene cabida; un buen líder fomenta la interconexión de
las mentes de los miembros de su equipo.
(Executive Workshop)